Sunday, April 1, 2007

Sobre el Divorcio


El brahmana Jada Bharata dijo: Mi querido rey, aunque eres completamente inexperto, tratas de hablar como una persona de gran experiencia. Por lo tanto, está claro que no lo eres. Una persona experimentada no habla de los placeres y sufrimientos materiales, ni de la relación entre amo y sirviente, del modo en que tú lo has hecho. Todo eso son simples actividades externas. Un hombre avanzado y con experiencia, conociendo la Verdad Absoluta, no habla de ese modo. Srimad Bhagavatam ( 5,11-1)

A los devotos que acuden al Señor con deseos materiales, Laksmi devi, según su propia experiencia práctica, les recuerda que el Señor es Kamadeva, de modo que no hay necesidad de pedirle nada material. Dice también que lo único que debe hacer todo el mundo es servir al Señor sin ninguna motivación personal. La Suprema Personalidad de Dios está en el corazón de todos, y conoce nuestros pensamientos. Con el tiempo, Él satisfará todos los deseos. Por lo tanto, dependamos por completo del servicio del Señor sin molestarle con nuestras peticiones materiales. SB (5,18,21 sig)

El disfrute sexual es tan intenso que la mujer que se queda embarazada y sufre los dolores del parto, vuelve a quedar embarazada, pese a la experiencia sufrida. Según la filosofía de Daksa, primero hay que enredarse en el disfrute material, y una vez que se ha experimentado el sufrimiento que ese disfrute comporta, la consecuencia natural es la renuncia. Sin embargo, la naturaleza material es tan poderosa que nadie abandona sus intentos de disfrutar, a pesar de encontrar sufrimientos a cada paso. En esas circunstancias, el espíritu de renuncia no se despierta mientras no se obtiene la compañía de un devoto como Narada Muni, o de su sirviente en la línea de sucesión discipular.

No es cierto que el desapego venga por sí solo como consecuencia de los muchos sufrimientos que trae consigo el disfrute material. Son necesarias las bendiciones de un devoto como Narada Muni; entonces es posible renunciar al apego por el mundo material. Los jóvenes que se han unido al movimiento para la conciencia de Krishna han abandonado el espíritu de disfrute material, sino por la misericordia del Señor Caitanya Mahaprabhu y Sus sirvientes.

A veces se acusa a los casados de ser grihamedhis, pues los grihamedhis se sienten satisfechos con la vida familiar, sin ningún deseo de avanzar espiritualmente. No ocurre lo mismo con los grihasthas, quienes, aunque llevan vida de familia, con esposa e hijos, están deseosos de avanzar espiritualmente.En efecto, el predicador tiene que hacer frente a muchísimos obstáculos. No sólo recibirá maldiciones, sino que será agredido físicamente.
En la forma humana de vida, hombres y mujeres se unen para disfrutar del placer sensual del sexo, pero en la experiencia práctica hemos observado que ninguno de ellos es feliz. Por lo tanto, al ver que se obtiene el resultado contrario, he dejado de tomar parte en actividades materialistas. Srimad Bhagavatam (7,13-26)

Hombre y mujer buscan el disfrute sexual, y, cuando se unen mediante la ceremonia ritual del matrimonio, son felices durante algún tiempo; pero finalmente surgen diferencias, y por eso hay tantas separaciones y divorcios.
Aunque todos, hombres y mujeres, están verdaderamente deseosos de disfrutar de la vida por medio de la unión sexual, el resultado es desunión y sufrimiento. El matrimonio es una concesión que se hace a hombres y mujeres para que disfruten de una vida sexual de forma restringida; así lo recomienda también la Suprema Personalidad de Dios en la Bhagavad-gita: La vida sexual que no va en contra de los principios de la religión es Krisha. Toda entidad viviente está siempre deseosa de disfrutar de la vida sexual, ya que la vida materialista consiste en comer, dormir, tener relaciones sexuales y sentir temor. En la vida animal, estos principios no pueden regularse, pero, en la sociedad humana, esas actividades de comer, dormir, disfrutar de la vida sexual y sentir temor, que los hombres tienen en común con los animales, tienen que estar sujetas a regulaciones.Comer y tener relaciones sexuales son necesidades esenciales; por esa razón, la sociedad humana sigue las restricciones de los mandamientos védicos, que le permiten comer, dormir, disfrutar de la vida sexual y vivir protegida del temor, y, al mismo tiempo, elevarse progresivamente hasta liberarse del castigo de la existencia material.

De este modo, los mandamientos de los Vedas acerca del matrimonio son una concesión hecha a la sociedad humana; el ideal es que el hombre y la mujer se unan en una ceremonia ritual de matrimonio para ayudarse el uno al otro a avanzar en la vida espiritual. Por desgracia, y especialmente en la era actual, hombres y mujeres se unen para disfrutar sin restricciones de la vida sexual. Así, caen en la trampa, y se ven obligados a nacer de nuevo en formas animales para satisfacer sus propensiones animales.

El ser humano debe tomar prasada (alimento ofrecido a la Deidad), y debe disfrutar de la vida sexual conforme a los mandamientos védicos. Debe ocuparse en el cultivo de conciencia de Krishna, debe protegerse de la temible condición de la existencia material, y sólo debe dormir lo necesario para recobrarse de la fatiga debida a un intenso trabajo.

Una entidad viviente que está tan confundida como para someterse al control de su esposa, la inteligencia material, tiene que satisfacer la inteligencia de su mal llamada esposa y ceñirse estrictamente a lo que ella le ordena.

En diversos Sastras se aconseja que, en pro del bienestar material, siempre hay que tener a la esposa satisfecha, y regalarle alhajas. Una esposa casta y siempre satisfecha dará buenas instrucciones al esposo y este deberá seguir sus instrucciones. De esa forma, la vida familiar discurrirá sin problemas. Por lo tanto, y para el propio beneficio social, se recomienda tener a la esposa siempre satisfecha.

El que ha caído en la posición de ser un sirviente de su esposa se ve obligado a actuar conforme a sus deseos. Con ello, se enreda más cada vez. En Bengala se dice que cuando un hombre se vuelve el siervo obediente de su esposa, pierde toda su reputación.

Sin embargo, la dificultad está en que, si no se vuelve un siervo completamente obediente a su esposa, no puede haber paz en la familia.

En Occidente, esas alteraciones de la paz familiar dan origen a la ley del divorcio, y en los países orientales, como en la India, existe la separación. La existencia de esa dificultad la confirma la reciente promulgación de la ley del divorcio en la India.

La ley del divorcio está fomentando la prostitución.

Dentro del corazón, la mente actúa, piensa, siente y desea, y caer bajo el control de la esposa es lo mismo que caer bajo el control de la inteligencia material. Cuando eso ocurre, el hombre engendra hijos en la esposa y se enreda en muchísimas actividades, sometido al control de las invenciones mentales.
La vida sexual, sea lícita o ilícita, es prácticamente la misma; lo que ocurre es que la relación sexual ilícita trae consigo un cautiverio cada vez más profundo.
La regulación de la vida sexual deja abierta la posibilidad de que, con el paso del tiempo, se pueda renunciar a la vida sexual y a la relación con mujeres. Si se puede hacer eso, se podrá avanzar con facilidad en el sendero espiritual. Srimad Bhagavatam (4,25-62 sig)

La persona que es lo bastante inteligente llega enseguida a la etapa de renunciar a los falsos supuestos de sociedad, familia y amor, así como a muchas otras cosas. Mientras estemos apegados a la sociedad, la familia y el amor del mundo material, no se puede hablar ni de conocimiento ni de servicio devocional. Sin embargo, al emprender directamente el servicio devocional, nos llenamos de conocimiento y renunciación. De esa forma, nuestra vida alcanza el éxito.
En Occidente, y debido a la insatisfacción de los miembros de la familia, no hay verdadera vida familiar. Abundan los casos de divorcio, y los hijos, insatisfechos, abandonan la protección de los padres.La vida familiar, especialmente en la era de Kali, está en franca decadencia. Todo el mundo se centra en sus intereses personales, pues así es la ley de la naturaleza.

Nadie es feliz en la vida familiar, ni siquiera si cuenta con dinero suficiente para mantener a la familia. Ésa es la situación. Por consiguiente, el sistema de varnasrama recomienda que a los 50 años de edad el hombre debe retirarse de la vida familiar, dejando a los hijos y a la esposa en una sustentable condición y no como una fuga a la responsabilidad, sino con el entendimiento y la conviccion de que no seremos felices.

Sino somos responsables como casados, no seremos responsables como renunciantes.

Cuando alguien recibe en la mente muchas perturbaciones, se desahoga enfadándose con su pobre esposa y sus hijos. Para ellos es natural depender del padre; pero éste, cuando no puede mantener debidamente a la familia, tiene que soportar una gran angustia en la mente, y por esa razón les reprende de modo injusto. Como se afirma en el Srimadad Bhagavatam (12.2-9)

El hombre, hastiado de la vida familiar, se separa de la familia mediante el divorcio o por cualquier otro procedimiento. Pero si hay que separarse, ¿por qué no hacerlo voluntariamente? Es mejor separarse como regulación que a la fuerza.
Esas separaciones forzosas no pueden hacer feliz a nadie; por el contrario, la separación que se hace por mutuo acuerdo, siguiendo las disposiciones de los Vedas, a una edad determinada y para depender de Krisha por completo, nos conduce al éxito en la vida.

A veces se casan, y luego se separan mediante el divorcio o por otros medios. En suma, no hay unidad permanente. Debido a la tendencia a engañar, ambas partes siempre se tienen envidia. Las separaciones y la enemistad se dan incluso en la sociedad consciente de Krishna cuando prevalecen las tendencias materiales.

Cualquier hombre cuerdo que analice detenidamente el modo de vida materialista podrá comprender que en este mundo no existe la felicidad. El alma condicionada, sin embargo, lleva recorriendo esa peligrosa senda desde tiempo inmemorial, y como no se relaciona con personas santas, bajo la influencia de la ilusión desea disfrutar del mundo material. A veces la energía material le da la oportunidad de encontrar la supuesta felicidad; pero el alma condicionada está recibiendo un castigo constante de la naturaleza material.

La vida materialista significa desdicha continuada, pero a veces consideramos felicidad el intervalo entre dos momentos de desdicha. A veces a un reo lo sumergen en el agua y vuelven a sacarlo. En realidad, todo es parte del castigo. Lo mismo ocurre con el alma condicionada. Por eso todos los Sasstras (Escrituras Reveladas) nos aconsejan la relación con devotos y personas santas.

Sin embargo, en la ley védica no existe el divorcio, y la mujer debe ser educada en el principio de la sumisión a su esposo. Los occidentales sostienen que esa mentalidad hace de la esposa una esclava, pero no es así; se trata de la táctica que le permitirá conquistar el corazón de su esposo, por irritable o cruel que éste sea Srimad Bhagavatam ( 9,3-10).

Para culminar, Srila Prabhupada nos menciona que la vida matrimonial no es de 2 sino de 3, teniendo a Krishna en el medio.

Sus Sirvientes:
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Chaitanya lila das a. - Sachimata devi dasi

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